UN ESTUDIO DEMOSTRÓ QUE QUIENES PRUEBAN UNA CERVEZA TIENEN MAYOR TENDENCIA A SEGUIR BEBIENDO.
Demostrar que el cerebro de los hombres libera más neurotransmisores después de consumir cerveza es uno de los logros de un estudio reciente realizado por la Universidad de Indiana, en Estados Unidos.
Por tal razón, quienes prueban una cerveza tienen mayor tendencia a seguir bebiendo. También se reveló que quienes registran historial de personas alcohólicas en su familia pueden desarrollar más gusto por la bebida.
El estudio, que fue desarrollado con 49 hombres, consistió en tomar imágenes del cerebro mientras se les rociaban diferentes bebidas.
Posteriormente, se observaron los efectos generados con agua, bebidas energizantes o la cerveza favorita de cada participante, teniendo en cuenta que cada hombre recibió 15 mililitros (como repartir una cerveza entre 38 personas), motivo por el que no debería tener efectos sobre el cuerpo.
Fue entonces cuando se notó que el cerebro generaba más dopamina (neurotransmisor) y buena parte de los participantes aseguraron que querían tomar cerveza.
"Este ensayo demuestra que el gusto solo tiene un impacto en las funciones del cerebro asociadas con el deseo. Si el gusto aumenta el deseo, debe tener un impacto en el cerebro", expresó el científico británico Peter Anderson a través de la BBC.
Los expertos aseguran que seguirán investigando acerca de los efectos del alcohol cuando no es consumido excesivamente, pues hasta ahora se trata de una primera demostración.
Por tal razón, quienes prueban una cerveza tienen mayor tendencia a seguir bebiendo. También se reveló que quienes registran historial de personas alcohólicas en su familia pueden desarrollar más gusto por la bebida.
El estudio, que fue desarrollado con 49 hombres, consistió en tomar imágenes del cerebro mientras se les rociaban diferentes bebidas.
Posteriormente, se observaron los efectos generados con agua, bebidas energizantes o la cerveza favorita de cada participante, teniendo en cuenta que cada hombre recibió 15 mililitros (como repartir una cerveza entre 38 personas), motivo por el que no debería tener efectos sobre el cuerpo.
Fue entonces cuando se notó que el cerebro generaba más dopamina (neurotransmisor) y buena parte de los participantes aseguraron que querían tomar cerveza.
"Este ensayo demuestra que el gusto solo tiene un impacto en las funciones del cerebro asociadas con el deseo. Si el gusto aumenta el deseo, debe tener un impacto en el cerebro", expresó el científico británico Peter Anderson a través de la BBC.
Los expertos aseguran que seguirán investigando acerca de los efectos del alcohol cuando no es consumido excesivamente, pues hasta ahora se trata de una primera demostración.